Todo el tiempo para elegir
Joven jugador de basket en silla de ruedas, Joselino Gomez, dicho José, tiene 17 años.También él juega en el Club de CILSA, como Maria Chirinos y Daniel Copa, pero tiene unos años meno de ellos. Él juega actualmente en el equipo de tercera categoría y a la vez en lo de primera división. A partir del próximo año, sin embargo, tendrá que elegir y no va a hacer una decisión fácil: tendrá que elegir su futuro.
Si optará por seguir jugando en la primera división significará que habrá elegido el basket, y será lanzado a una carrera profesional. Si en vez optará por permanecer en el equipo de tercera categoría a su vez, el basket se transformará, poco a poco, en una pasatiempo, habrá tomado la desición de hacer otro trabajo y de concentrarse en otra cosa que no sea el deporte.
Aprender a caminar
Por ahora no parece tener muchas dudas Jose, que sufre de una malformación causada de las consecuencias de un parto prematuro y juega al basket desde cuando tenía 12 años: “abrieron un club, un polideportivo cerca de mi casa, y el equipo del CILSA vino a hacer una demostración de fútbol adaptado y basket en silla de ruedas. La verdad es que yo el basket nunca lo había considerado al principio. No me gustaba la silla de ruedas. Entonces empezé con el fútbol. Luego, poco a poco, me acostumbré a la silla de ruedas. Aprendí a usarla y me enamoré del basket”. Pasó por la escuela de iniciación, como todos y desde aquel momento nunca dejó.
No fue amor a primera vista lo de José por el basket, sino un amor crecido poco a poco: “ahora no lo abandonaría por nada en el mundo. Me encanta, me llevo bien con mis compañeros, me gusta competir y incluso ganar. Mi familia me apoya y me ayuda, y también a ellos el basket gusta mucho, entonces … “.
Cuando era pequeño el apoyo de la familia era más práctico: “me acompañaban en todas partes: en el centro de entrenamiento, a las competiciones… ahora que soy grande soy autónomo, me dejan hacerlo sólo, me voy a entrenar en autobús, en definitiva, lo gestiono yo . Me encanta “.
José vive a Villa Lugano, grande barrio de la periferia de Buenos Aires, pero lo encontramos al centro de entrenamiento de Ramsay, por medio de Maria Chirinos, de la que ya hablamos hace unos día. Maria nos lo describe como una buena persona, muy generosa. Él mismo admite ser un poco tímido al principio, pero muy sociable cuando entra en confianza. El aspecto más importante del basket, según José, es compartir con sus compañeros: “cuando voy a entrenarme estoy feliz, me olvido todas las cosas desagradables que pueda haber ocurrido durante el día”.
Según José es muy importante difonder el deporte para las personas con discapacidades porque: “ no es muy conocido, no lo ves en televisión. Por eso es importante divulgarlo porque la gente sepa, sea que puede verlo y disfrutarlo sea que puede jugar. Yo mismo lo descubrí así, y ahora hace parte de mi vida y no podría estar sin él”.