De Elena Touriño Lorenzo
Mila López es deportista por casualidad. Lo que no es casualidad es que esta pionera de la modalidad de ciclismo adaptado en España sea la actual campeona nacional de handbike. Detrás de sus éxitos deportivos hay mucho trabajo y un amor por el ciclismo que nació en 2013. La suya es la historia de alguien a quien el deporte ha ayudado a llevar una vida distinta, con nuevas motivaciones y objetivos. “Tengo espina bífida de nacimiento y nunca había hecho mucho deporte. Me decidí a probar simplemente por hacer algo de ejercicio, mi idea inicial no era competir y me lo tomé como una diversión. Empecé con el baloncesto pero a mí lo que me gustaba era la silla para echar carreras con los chicos, el balón no me gustaba nada”, reconoce. “Luego, por casualidad, me llegó una publicidad de una handbike. Busqué más información, me trajeron una para probar y ahí dejé el baloncesto”.
La primera bici, el primer subcampeonato
La primera bici llegó a principios de 2013 y las primeras carreras no tardaron en llegar. Animada por su preparador físico, Joan Rodríguez, y con el apoyo de su antiguo entrenador de baloncesto, Pablo Beiro, Mila empezó a participar en medias maratones y en carreras populares y a entrenar con un ritmo más exigente. “Yo no tenía ni idea de deporte, no tenía ninguna base. Salía simplemente a rodar con la bici porque no sabía cómo entrenar. Me vino bien integrarme en el equipo iFit Centro Puente de Vigo porque el hecho de tener la posibilidad de contar con ellos y que me enseñasen qué tipo de ejercicios hacer para adaptarlos a mis posibilidades me ayudó e influyó para empezar a tomármelo un poco más en serio”. Poco a poco se fue enganchando a la competición y empezó a participar en pruebas propias de handbike. Las carreras del circuito del Campeonato y la Copa de España fueron el siguiente paso y en 2014 Mila López ya era subcampeona de España en su categoría.
Las Paralimpiadas, en cambio, es algo que de momento Mila ve un poco más lejos. “Es muy difícil. Además, yo llevo muy poco tiempo y es necesario entrenar mucho. Por mi condición física no puedo estar mucho tiempo en la bici y eso me limita los entrenamientos”. Antes de los Juegos de Río Mila puso en marcha una campaña de recogida de fondos para poder costear su participación en pruebas internacionales que permitiesen la clasificación para la gran cita de Brasil, pero aunque la respuesta fue muy positiva, al final no pudo ser. “Las ayudas que hay son para deportistas que han ido a campeonatos europeos o mundiales y han tenido medalla, pero para ir ahí necesitas una apoyo previo que no existe”, reflexiona, “tienes que tener nivel para que te seleccionen y eso es un orgullo, pero hay mucha gente buena que no consigue ir a unas Paralimpiadas por motivos económicos”. Falta, según la deportista gallega, apoyo en el deporte base. “Hay deportistas que llevan años yendo a carreras y competiciones internacionales, pero no hay otros que les sucedan cuando esas personas se retiren”.
Participar o no participar
El ciclismo adaptado en España es una modalidad que practica un colectivo muy reducido de deportistas y esta situación complica el normal desarrollo de la práctica deportiva e, inevitablemente, su progresión. “El hecho de no contar con una federación propia y de depender de la Federación Española de Ciclismo influye a la hora de que los deportistas puedan participar en las diferentes pruebas”, apunta Joan Rodríguez. “Nuestro calendario oficial es muy difuso y por eso las carreras populares serían nuestro encaje perfecto para participar y entrenar, simplemente porque el desnivel de una carrera de bicicleta a pies es imposible de hacer con las manos, pero muchas veces los organizadores no nos dejan participar”, señala Mila, “porque aquí el ciclismo adaptado es algo muy reciente y aunque algunos organizadores están encantados con nuestra participación, otros nos ven como un problema”. La ciclista va un poco más allá y plantea además que “así como las carreras populares deberían abrirse a todas las personas sin discapacidad que no compiten pero que corren por afición o como un reto personal, las personas con discapacidad que quieran practicar ciclismo adaptado de forma amateur deberían tener también la oportunidad de hacerlo”. Dadas las circunstancias, Mila ve complicada su participación en los Juegos Paralímpicos de Tokyo y se fija otros objetivos prioritarios. “Me gustaría mejorar e ir a alguna carrera internacional para ver el nivel que tengo. Aquí hay pocas chicas que compitan y me gustaría tener la opción de correr con más deportistas y rendir bien en ese tipo de carreras”. Ha cambiado su Galicia natal por Madrid por las posibilidades que la capital le ofrece a nivel de número de carreras y facilidad para los desplazamientos, aunque cuenta con el apoyo de la Federación Galega de Ciclismo. Echa de menos la regularidad en los calendarios de otros países como Portugal o Italia, “donde hay un Giro especfíco para handbike porque hay gente que se ha preocupado por hacer un circuito y por que haya carreras”, pero ve con optimismo el hecho de que en España “cada vez haya más gente que practica handbike y el deporte se vaya conociendo más. Así vamos teniendo más carreras en las que participar y en este sentido vamos mejorando poco a poco”.
El futuro del ciclismo adaptado
Apuestas como la del Centro Puente de Vigo por la creación de un equipo que busca respaldar a los deportistas que decidan iniciarse en el mundo del deporte adaptado en general y del handbike en particular son la clave para difundir e impulsar el conocimiento de estas modalidades. “El equipo iFit Centro Ponte nace con la idea de ser independiente y para juntar a gente que compite en diferentes especialidades, para compartir deporte y entrenar juntos”, cuenta Joan Rodríguez. “Hay gente que va en handbike, gente que hace carreras de montaña a pie, otros que compiten en bici, también triatletas. Entrenamos todos juntos, hacemos el mismo entrenamiento, cada uno adaptado a sus necesidades y características, y ya tenemos varios campeones de España, cada uno en su categoría. Eso hace que se vaya animando más gente”.
Este camino hacia la visibilización que ahora emprende el handbike en España contribuye a la normalización del deporte adaptado y se traduce en más personas que participan, en más deportistas que, como Mila hace sólo cuatro años, encuentran en el deporte nuevos objetivos de vida que se convertirán, con el tiempo, en nuevas historias paralímpicas.