di Diana Pintus
Mucha experiencia, pero ningúna Olimpiada. Daniel Copa, de 31 años, juega basket en silla de ruedas desde que tenía 15. “Me uní al movimiento de Deportes Paralímpicos por meio de mi tío, que tiene una discapacidad debida a las séquelas de la poliomielitis. El, como yo, es de Salta, y se había venido a hacer deportes en Buenos Aires. Cuando volvió a Salta fundo una asociación llamada ALSA, Associacion Lisiados de Salta, donde se hacían muchos deportes, no sólo basket. Más tarde regresó a vivir a Buenos Aires “.
Todo esto ocurrió antes de que naciera, y entonces podemos decir que Daniel tiene el deporte en el ADN. “Cuando tenía 11-12 años me pregunto si quería empezar a jugar basket en silla de ruedas. Yo tenia una amputación por debajo de la rodilla de la pierna derecha, y siempre había llevado una vida normal, jugaba al fútbol y todo. La verdad es que yo ni sabía que era el basket en silla de ruedas. Mi tio me dijo que fuera a una determinada dirección para conocer los “chicos”, y me fui. Los “chicos” eran las personas que estaban jugando con él, que ya tenían cuarenta años cuando yo tenía sólo 15 “.
Daniel comenzó a jugar en la tercera división con el equipo de Salta. A los 19 años llego la convocatoria para la selección juvenil, recién nacida. Es el año 2004. “Vine a Buenos Aires de Salta, empecé a entrenar y, una vez que termine la escuela secundaria tuve que decidir qué hacer con mi vida. Debido a mi amputación siempre estuve interesado en la fabricación de protesis, y la única escuela que se ocupa de que estaba en Buenos Aires, así que me mudé a la casa de mi tio”.
Y desde allí su vida cambia por completo. Daniel deja a su grupo de amigos, la familia, el lugar donde nació y creció y empieza de nuevo en una ciudad que conoce muy poco: “en 2005, con la selección, nos clasificamos para el mundial juvenil, en Birmingham. La verdad, fue una experiencia hermosa, porque hasta que no te pasa no te das cuenta de lo distinto que es jugar a un nivel internacional. Los chicos contra quien jugamos son los mismos que ahora están en las selecciónes mayores, de los EE.UU por exemplo. Todos ellos son profesionistas. En cambio nosotros, por exemplo, de los 12 que estaban en Toronto en los Juegos Parapanamericanos, 6 somos profesionistas y 6 no, somos personas que estudian, trabajan y para quien el basket no es que una cosa mas en el medio de un millon de cosas.
De regreso de Birmingham Daniel pasa para la selección principal, donde permanece hasta el día de hoy, participando en todas las competiciones y los viajes del equipo, excepto el premundial de 2015 en Colorado Springs, donde no fue porque en los mismos días se tenia que recibir. Hoy faltan dos materias para lograr el título en Ortesis y Prótesis: “Estoy satisfecho con mi carrera universitaria. Me falta el examen de electrónica, me bloquee, ya que incluye una gran cantidad de matemática, y si no rindo electrónica no voy a poder dar las otras que me faltan. Pero lo voy a lograr, estoy seguro.
Ninguna Olimpiada pero tres juegos Parapanamericanos, en la historia de Daniel: “fui en los juegos en Río en 2007, Guadalajara 2011 y Toronto 2015”. Las tres veces nos quedamos afuera de la Olimpiada por nada.. Suena como una maldición, la de Argentina: “En 2007 había tres lugares y terminamos quartos, en 2011 los lugares eran cuatro, y nosotros, los quintos, y en 2015 sólo había dos lugares y hemos ganado la medalla de bronce. Si que ninguna Olimpiada, pero muchos mundos, en la vida de Daniel, inclusive el de Corea del Sur. Daniel cuenta que le llamava mucho la atención el hecho de que era necesario mantener un silencio absoluto en el tren: “subimos en el tren, empezamos a charlar y todos los que estaban alrededor nuestro: shhhhhh” – recuerda con una sonrisa . “También fue un poco difícil adaptarse a la comida, venían churrascos de un tamaño un poco sospechoso, entonces a veces comía, a veces no.”
La seleccion entrena actualmente una vez al mes, por falta de competencia. Después los Parapanamericanos deToronto tiene un nuovo entrenador, ya partir del próximo año empezara a entrenar 2-3 veces al mes. “Desde el año 2008 comencé a trabajar con la ONG CILSA por la Inclusión porque mi tío me dio un ultimátum: o empezas a trabajar o te volves a Salta, y CILSA me dio la oportunidad de trabajar en sus programas. Desde hace dos años, Daniel es el coordinador del programa de entrega de elementos ortopédicos. A partir del próximo ano voy empezar a trabajar en mi campo, ortesis y prótesis, pero voy a seguir jugando basket con CILSA.” Con mi equipo en los últimos cinco años hemos ganado tres campeonatos y terminamos segundos en dos. Este año hay un cambio generacional, así que estamos fuera de la primera división “.
El basket es mucho más que un deporte, paraa Daniel: “jugando basket conocí a mi pareja, que es la capitána de la selección femenina. Gracias al basket tengo todo: trabajo, familia, amigos, un hijo. Sólo tengo que entrenar, y mejorar siempre mas”.
Gracias a: CILSA, Martin Paez, Silvia Carranza, Maria e Daniel.